El pasado 24 de diciembre, un volcán submarino Hunga Ha’apai, ubicado en Tonga, un país insular perteneciente al Anillo de Fuego, entró en erupción. Desde entonces, no ha parado de lanzar rocas y cenizas cada cinco minutos, creando una masa densa que llega hasta los 400 metros y una nube de humo que alcanza un kilómetro.
La acumulación de masa ha dado lugar a un islote que mide un kilómetro por dos y tiene un altura de 100 metros, eleva a 176 el número de islas en este archipiélago.
La creación de islas de carácter volcánico levanta siempre gran expectación. Esto mismo ocurrió con la aparición de Niijima (Nueva Isla en japonés), que emergió a finales de 2013 también en el Anillo de Fuego, y a la que los expertos le deparaban una corta vida debido a la erosión del océano. Aun así, la isla no solo ha sobrevivido, sino que también se ha fusionado con su isla vecina y ahora los científicos piensan que puede permanecer para siempre. Actualmente, las erupciones submarinas continúan y la isla sigue creciendo.
Así se contó su historia con un storymap al cumplir un año.