Recientemente mis compañeros José Jiménez y Yansa Tejada, en su artículo “ArcGIS, un sistema corporativo estratégico e innovador para las agencias cartográficas” nos hablaban del Marco Integrado de Información Geoespacial, o Integrated Geospatial Information Framework (IGIF), de Naciones Unidas, y de cómo las diferentes tendencias geoespaciales tenían impacto en tres de los componentes de ese marco de referencia: Gobernanza, Tecnología y Personas.
Además, estamos familiarizados con las Infraestructuras de Datos Espaciales (IDE) y muchos de nosotros ya las hemos incorporado a nuestros procesos de trabajo como una fuente de datos sobre la que construir soluciones y resolver problemas en los que la componente espacial es importante (¿en qué problema no lo es?). Son numerosos los ejemplos de IDE en España, desde algunas ya con mucha historia y contenidos, como la IDEE, a otras mucho más recientes, pero igualmente interesantes, como la IDEAS de Asturias.
Si hablamos de Infraestructuras Geoespaciales también debemos tener en cuenta la Directiva INSPIRE, que pretende crear una infraestructura de datos para dar soporte a las políticas medioambientales de la UE. Esta directiva se publicó en 2007 y actualmente ya es de obligado cumplimiento por los Estados Miembro. La Directiva INSPIRE fue transpuesta a la normativa española mediante la Ley 14/2010 sobre las infraestructuras y los servicios de información geográfica en España (LISIGE). INSPIRE, una vez más, pone el foco en el descubrimiento, visualización y descarga de datos geoespaciales. Los usuarios de ArcGIS tienen ArcGIS por INSPIRE para ayudarles en estas tareas.
No nos podemos olvidar del Open Geospatial Consortium (OGC), y sus famosos estándares WMS, WFS, WMTS de interoperabilidad, y otros no tan famosos.
Todo empieza a enredarse. IGIF, IDE, INSPIRE, OGC… ¿falta algo?
Para aquellos que empiezan a ver demasiados conceptos, y antes de avanzar, voy a dejar unas claves para no perdernos y ordenar las ideas:
IGIF define la estrategia de creación de una infraestructura de información espacial a nivel nacional o regional. Como parte de esa estrategia posiblemente se construya una IDE, que en el caso de Europa deberá ajustarse a la directiva INSPIRE, y esta IDE posiblemente utilice los estándares del OGC como estándares para publicar la información.
El diseño de las IDE también está sujeto a revisión. En concreto, el OGC está analizando qué cambios hay que realizar este concepto para dar soporte a otras necesidades:
El concepto de IDE sigue plenamente vigente, pero incluso las revisiones que se hacen sirven al fin para el que se concibió: compartir información entre diferentes actores. Así, los cuatro componentes que tradicionalmente se considera que forman una IDE, se entienden en el contexto de una infraestructura diseñada para compartir datos, no para extraer conocimiento, ya que esa responsabilidad cae en otros sistemas.
A veces los nombres son importantes, y cuando hablamos de una Infraestructura de Datos Espaciales (IDE) o de una Infraestructura Geoespacial el nombre es importante.
Como adelantaba, el concepto de Infraestructura de Datos Espacial surgió en torno a la idea de compartir datos; ese es el fin último de una IDE, facilitar el hecho de compartir y acceder a datos.
Cuando hablamos de una Infraestructura Geoespacial, además de centrarnos en los datos, también incluimos otros aspectos, como los modelos de datos, los flujos de trabajo, procesos, infraestructura física, roles, políticas de acceso a la información, herramientas, etc. Podemos decir que una infraestructura geoespacial incluye los datos, la tecnología, las políticas y los perfiles o roles de usuarios necesarios no sólo para compartir e integrar datos, sino para analizar y extraer conocimiento que nos permita tomar mejores decisiones.
Podemos decir que una IDE es la parte de la infraestructura geoespacial que hace referencia al intercambio de datos.
El concepto de Infraestructura Geoespacial surge ante la necesidad de considerar todos aquellos aspectos que no quedaban cubiertos por la idea de IDE. Esta visión, más amplia y construida a partir de conceptos ya asentados, permite abordar el problema de definir una estrategia geoespacial nacional, o regional, integradora e integrada en el resto de políticas. La necesidad y los beneficios de definir una estrategia geoespacial la dejo para otro momento, porque tiene entidad suficiente.
Hoy en día, en plena cuarta revolución industrial (4IR), cobra más importancia que nunca no quedarnos en el intercambio de datos, sino construir infraestructuras geoespaciales, que incluyan, entre otras, herramientas para analítica de datos, automatización de procesos… En definitiva, extraer y generar conocimiento a partir de los datos geoespaciales para, de esa forma, poder construir soluciones de mayor valor para la sociedad. Cada vez más, esta generación de conocimiento se realiza de forma automática.
Jack Dangermond y Michael GoodChild nos dejaron su visión sobre las Infraestructuras Geoespaciales en el artículo Building geospatial infrastructure. (December 2019. Geo-spatial Information Science 23(1):1-9): “Una infraestructura geoespacial es un Sistema de Información Geográfica (SIG) llevado a una nueva escala, que ha crecido desde los pequeños comienzos hace medio siglo, recogiendo numerosas aplicaciones, una comunidad de usuarios y servicios, organizaciones públicas y privadas”. Este este mismo artículo nos dejan algunas ideas sobre sus objetivos:
El concepto de Infraestructura Geoespacial no es nuevo, pero quizás por ser más general que el de una IDE, o el de Hub de Datos que suena más actual, no ha formado parte de nuestro vocabulario habitual en la última década.
Además, el concepto de Infraestructura Geoespacial se solapa, o deja paso en ocasiones, al de Infraestructura de Conocimiento Geoespacial (Geospatial Knowledge Infrastrucutre, GKI), posiblemente por el peso que el conocimiento ha alcanzado en la cuarta revolución industrial (4IR).
Los términos Infraestructura Geoespacial e Infraestructura de Conocimiento Geoespacial se utilizan indistintamente en muchas ocasiones, si bien este último es en realidad una evolución del primero.
Para poner en valor y mejorar la comprensión del impacto que el conocimiento geoespacial tiene en la sociedad surge el concepto de Infraestructura de Conocimiento Geoespacial. La iniciativa más importante, respaldada por diferentes empresas y organismos, se organiza en un programa a 3 años:
Como socios de esta iniciativa se encuentran, entre otros, Naciones Unidas, la Comisión Europea, el USGS (Servicio Geológico de los Estados Unidos), el BRGM (Servicio Geológico de Francia), Trimble y Esri.
El concepto de Infraestructura de Conocimiento Geoespacial se construye sobre siete principios y seis elementos que lo componen.
Los principios:
1. Foco en el conocimiento 2. Infraestructuras digitales más amplias 3. Liderado por los usuarios 4. Acciones alcanzables 5. Agilidad 6. Descentralización 7. Predictivo |
Los elementos: 1. Marco de políticas integrado 2. Datos fundacionales 3. Partnerships y Colaboraciones 4. Liderazgo de la industria 5. Aplicaciones, analíticas y modelado 6. Dimensión geoespacial para la Infraestructura Digital
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Resumen
Los cambios que se están viviendo en la sociedad afectan a todos los ámbitos, y el mundo de los sistemas geoespaciales no es una excepción. Con la llegada de la cuarta revolución industrial, la generación de conocimiento juega un papel principal para abordar la búsqueda de soluciones a los retos actuales y futuros.
Por todo ello, los conceptos de interoperabilidad e intercambio de datos se complementan con conceptos relacionados con la analítica de datos, la colaboración y la integración en sistemas mucho mayores; todo ello para poder definir las políticas y las estrategias que nos permitirán sacar el máximo beneficio del conocimiento geoespacial en nuestra sociedad.
Cada vez oiremos hablar más de Infraestructuras Geoespaciales como esa idea integradora de la información geoespacial en un ecosistema cambiante y cada vez más complejo.
Autor: Juan Peralta, Business Development Manager. Esri España